Ciudad querida
tus calles
se han vuelto tristes,
las galerías vacías
los cafés silenciosos,
la pobreza de tu gente…
Sólo queda un débil resplandor
de lo que fuiste antaño
Pero no importa, porque
el espíritu de tu pueblo
la alegría de tus niños
la felicidad de tus enamorados
el esfuerzo de tus trabajadores
harán renacer
a orillas del Plata
tu antiguo esplendor